El litigio civil puede ser un negocio largo y costoso. En algunos países los procedimientos judiciales pueden tardar años en llegar a una conclusión, mientras que en otros puede ser más veloz, pero su coste puede llegar a ser desorbitado.
El procedimiento civil inglés pertenece al segundo tipo de los sistemas. Por lo tanto, es esencial para cualquier posible cliente tener una idea clara de cómo el caso judicial se desarrollará, y de las varias opciones posibles de las que dispone.
Fase 1: antes del inicio de procedimientos
Con cada nuevo cliente es vital identificar los objetivos de éste y cómo pueden ser logrados. El primer paso que se debe tomar es llevar a cabo un cuidadoso análisis del caso, y recopilar todas las pruebas posibles para aconsejar adecuadamente al cliente sobre sus perspectivas de éxito. Además, hay que identificar y localizar a los posibles acusados, y debe tomarse en consideración si vale la pena seguir a cada uno de ellos.
El cliente ha de ser informado desde el principio cómo se calculan y se pagan sus costes legales. A este respecto, el cliente dispone de varias opciones (como acuerdos de honorarios condicionales, seguro a posteriori y seguros de gastos jurídicos), y cada uno de ellos deben ser comentados y hablados con el cliente.
Otro aspecto importante es el hecho de que, de acuerdo con los objetivos primordiales de las Normas de Procedimiento Civil, el litigio debe ser el último recurso. Un abogado siempre ha de tomar en consideración con el cliente qué otra forma de resolución alternativa sería adecuada. Por lo que un cliente siempre debe recibir una evaluación franca y completa del mérito de su demanda.
Una vez evaluados los acuerdos de financiación y el mérito de la reclamación del cliente, los pasos que deben dar las partes antes de iniciar el procedimiento se rigen por los llamados protocolos y conductas previas a la acción. En la práctica, las partes deben establecer qué cuestiones están en disputa, compartir información de la que dispone cada parte en relación con esos asuntos y tratar de resolverlos. El incumplimiento de seguir el protocolo o su espíritu sin justificación, suele acarrear una sanción para esa parte si se inicia un litigio.
Inmediatamente tras recopilar todas las pruebas para fundamentar una reclamación realista, y antes de abordar los asuntos de quantum en detalle, el posible demandante debe enviar al posible demandado una carta en la que se detalle la reclamación. Suficiente información ha de ser dado para que el posible demandado pueda comenzar investigaciones, y por lo menos pueda evaluar ampliamente la reclamación. Posteriormente, el posible demandado debe acusar recibo de la reclamación, y tras investigar el asunto, debe declarar si admite o no la responsabilidad.
Si niega responsabilidad, ha de ser justificada, y cuando se alega negligencia contributiva, el posible demandante debe responder a dicha alegación antes de iniciar el procedimiento.
Fase 2: inicio de la reclamación
Antes de iniciar un caso judicial, el cliente debe estar totalmente informado de lo que va a suponer. Eso conlleva más de las posibilidades de éxito y de los pros y contras del litigio. El cliente debe tener una idea clara de que ocurrirá a continuación, la posible duración y el probable coste. En concreto, el cliente debe apreciar que el tribunal impondrá un calendario estricto de pasos que deben dar.
El cliente debe manetener todos los documentos pertinentes, y tener claro cuales son los documentos perjudiciales para su reclamación que deben mostrarse a la parte contraria. De hecho, es un principio bien establecido que los litigios en Inglaterra y Gales se llevan a cabo “con las cartas boca arriba”, y las partes del procedimiento deben mostrarse mutuamente todos los documentos que estén bajo su control.
Además, hay que gestionar con cuidado las expectativas del cliente e informarle de que si quiere detener el litigio en cualquier momento, tendrá que pagar los costes de la parte contraria, a menos que se pueda negociar un acuerdo más favorable.
Los procedimientos se inician presentando en un tribunal nacional o en el Tribunal Superior de Justicia un formulario de reclamación cumplimentado. Para activar la demanda, ésta debe ser notificada al demandado. Los detalles completos de la demanda, denominados particulares, deben notificarse al demandado. Si el demandado desea impugnar la demanda, debe presentarse en el tribunal y notificar al otro demandante una defensa. Esto desencadena la asignación en el tribunal de distrito una “pista” particular.
Una demanda de hasta 10.000 libras suele asignarse a la vía de demandas de menor cuantía. Normalmente, estas demandas se refieren a disputas de consumo y el tribunal no espera que las partes estén legalmente representadas. Las demandas de más de 10.000 libras hasta 25.000 libras suelen asignarse a la vía rápida. Aunque las partes suelen tener representación legal en esta vía, el tribunal controlará estrictamente los costes, así como el tipo y la cantidad de pruebas que cada parte debe aportar. En concreto, se espera que las partes recurran a un único perito conjunto cuando sea necesaria una prueba pericial, y que el juicio se celebre en un día (en realidad, cinco horas). Las reclamaciones que superan las 25.000 libras suelen asignarse a la vía múltiple. Una demanda no puede iniciarse en el Tribunal Superior a menos que supere las 25.000 libras, todas las demandas en ese tribunal se tramitan por la vía múltiple.
Fase 3: asuntos interinos
Una vez en marcha, el tribunal gestiona el caso de forma delicada. Se darán instrucciones a las partes sobre los pasos que deben dar para preparer el juicio. Se impondrá un calendario estricto sobre el momento en que debe darse cada paso. En la vía de escasa cuantía y en la vía rápida se espera que estas instrucciones puedan darse sin necesidad de una vista judicial. En los casos de vía múltiple, es habitual que las partes se reúnan con el juez en la llamada conferencia de gestión del caso para definir claramente las cuestiones en litigio y determinar qué pasos deben darse y cuando, con el fin de preparar el juicio. Las indicaciones más comunes para la gestión del caso son:
- La divulgación estándar (es decir, las partes enumeran los documentos que poseen y en los que pretenden basarse, o que son adversos a su caso, o que apoyan el caso del oponente): y
- El intercambio de pruebas antes del juicio en las que las partes pretenden basarse (por ejempo, informes de expertos y declaraciones, conocidas como “declaraciones de testigos”, de testigos no expertos).
Cualquiera que sea la vía, las partes trabajarán en pos de una fecha conocida para el juicio, o al menos, de un periodo de tiempo en el futuro en el que se celebrará el juicio.
Además de las instrucciones para la gestión del caso, durante esa fase las partes pueden solicitar al tribunal cualquier orden específica que pueda ser necesaria (por ejemplo, para obligar a la parte contraria que no haya dado un paso requerido de acuerdo con el calendario a hacerlo con la posibilidad de que el tribunal rechace la demanda.
Fase 4: juicio
Los juicios por la vía de menor cuantía son informales y se llevan a cabo a la discreción del juez. Las reglas formales de pruebas se aplican de igual manera en la vía rápida y en la vía múltiple. Al final de un juicio por la vía rápida, el juez normalmente habrá resuelto todas las cuestiones (es decir, la responsabilidad, el quantum (si es pertinente), y los costes. En cuanto a los costes, el juez decidirá si alguna de las partes debe pagar los costes de la otra parte, y en caso afirmativo, determinará su cuantía. Esto se conoce como la tasación sumaria de los costes. Para ello, las partes deben facilitarse mutuamente y al tribunal un desglose detallado de los costes. La regla general es que el perdedor paga los costes de la parte ganadora. Si las partes posteriormente no se ponen de acuerdo sobre los importes, las determinará después del juicio otro juez, conocido como juez de costes, mediante un proceso denominado evaluación detallada.
Fase 5: post-juicio
En todas las vías, una parte puede decidir recurrir total o parcialmente la decisión del juez de primera instancia. En un caso de vía múltiple, se llevará a cabo una evaluación detallada de los costes según la decisión del juez de primera instancia si las partes no se ponen de acuerdo sobre el importe.
La parte a la que se le concede la indemnización por daños y perjuicios y/o costes, esperará que se le pague en la fecha fijada por el tribunal. ¿Y si esto no ocurre? La parte tendrá que solicitar al tribunal la ejecución de la sentencia. Lo más habitual es que se ordene a los funcionarios del tribunal que acudan a los locales del deudor y se lleven sus pertinencias para venderlas en subasta pública. A continuación, se pagan las ganancias a la parte. Por lo tanto, es vital asegurarse de que en la fase 1 se tomen medidas para comprobar que realmente merece la pena demandar a cualquier posible demandado.
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